En El Camino De Emaús
Lucas 24:13-15
Aún en mis momentos de más tristeza y desesperanza, ahí está Jesús caminando. El señor aún está con nosotros.
Lucas 24:16-25
A veces nuestro corazón se tarda en creer. Tengamos un corazón dispuesto a creer, lleno de su presencia.
Lucas 24:27-29
Cuando la noche está oscura y fría, Jesús está dispuesto a estar con nosotros, en cada momento de nuestras vidas. Él necesita partirnos (quebrantarnos, rompernos, pero eso no significa destruirnos)
Lucas 24:30-31
Tomó, bendijo, partió y dió.
Lucas 24:32
No marearme o confundirme con tantas cosas de este mundo. No quedarme anclado en lo terrenal.
Todo esto pasará, pero su palabra y presencia serán para siempre. Para la eternidad.
Mientras tanto acá en la tierra, buscar su presencia. Nunca apartarme de Él.
Lucas 24:29-30
El señor me toma, me bendice, me parte y me da. (Como el pan) Desde el vientre de nuestra madre nos eligió y nos tomó.
La harina es solo polvo, pero si le agregamos agua, el agua de vida, se transforma en masa para que podamos empezar a trabajar. (La masa en nuestra vida en las manos de Dios)
Después sentimos que nos aprietan, nos dan con el palo de amasar y nos aprietan cada vez más.
Él nos sigue amando, pero necesita seguirnos procesando.
A la masa después la dejamos a un costado, y la tapamos con un mantel. (¿Dios se habrá olvidado de mí? ¿Qué pasa que no me responde?) La masa está leudando, pero no es el final.
Aún falta el horno. Dónde todo quema y parece que vamos a morir, y aún en el horno su presencia está con nosotros. (Aunque ya no sintamos las manos que nos amasaban)
Pensamos que en el horno nos vamos a morir, pero como los amigos de Daniel (Sadrac, Mesac y Abed-Nego) el espíritu santo de Dios está allí dentro del horno con fuego.
Jeremías 18:6
Somos barro en sus manos.
Cuando el alfarero ve que algo salió mal con su obra, la deshace y la vuelve a hacer.
(Romper con sentimientos y pensamientos que no vienen de Dios)
Aunque seamos barro, llevamos la gloria de Dios por dentro.
Al salir del horno, salimos con un mejor aroma, y con el mejor resultado, nuestra mejor versión.
Oseas 2:14
No rechazar los procesos, no quejarme de los procesos. A pesar de no tener la vida soñada, no abandonar ni rendirme.
El señor busca que lo amemos y después del fuego, nos bendice.
Dios nos quiere bendecir una y otra vez.
Hay cosas, contactos, personas, estructuras, pensamientos, sentimientos que debemos romper y quebrantar. Hacerlo nosotros antes que Dios permita algo más difícil.
Él necesita quebrantarnos, rompernos, y eso no significa destruirnos.
Un espíritu quebrantado es un espíritu que sigue la manera de Dios. Tener una actitud de humildad, sin orgullo, sabiendo que las fuerzas humanas no son suficientes.
Dios resiste a la altivez de espíritu. Al señor le desagrada el orgullo, la soberbia.
Necesitamos escuchar a Dios cada día y nos daremos cuenta de cuanto en realidad nos falta.
Si Dios me perdonó a mí. ¿Quién soy para no perdonar a otro?
Solo importa lo que Dios dice y su voluntad.
Reconocer que necesitamos a Dios. Permitirme ser partido por Dios o no podré seguir. Lo necesitamos para seguir viviendo, y seguir caminado.
De qué sirve un pan tan bonito y que huele rico si no es repartido. Lo mismo es con nuestras vidas.
Darme, que Dios me pueda usar. El señor quiere repartirnos, como el pan de la santa cena.
Pastora Claudia Maidana
Domingo 10/08
Iglesia Catedral de la Vida- Barrio San Rafael
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