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miércoles, 23 de febrero de 2022

Curación de un cojo

Curación de un cojo

Pedro y Juan subían juntos al templo a la hora novena, la de la oración. 2 Y era traído un hombre cojo de nacimiento, a quien ponían cada día a la puerta del templo que se llama la Hermosa, para que pidiese limosna de los que entraban en el templo. 3 Este, cuando vio a Pedro y a Juan que iban a entrar en el templo, les rogaba que le diesen limosna. 4 Pedro, con Juan, fijando en él los ojos, le dijo: Míranos. 5 Entonces él les estuvo atento, esperando recibir de ellos algo. 6 Mas Pedro dijo: No tengo plata ni oro, pero lo que tengo te doy; en el nombre de Jesucristo de Nazaret, levántate y anda. 7 Y tomándole por la mano derecha le levantó; y al momento se le afirmaron los pies y tobillos; 8 y saltando, se puso en pie y anduvo; y entró con ellos en el templo, andando, y saltando, y alabando a Dios. 9 Y todo el pueblo le vio andar y alabar a Dios. 10 Y le reconocían que era el que se sentaba a pedir limosna a la puerta del templo, la Hermosa; y se llenaron de asombro y espanto por lo que le había sucedido.
11 Y teniendo asidos a Pedro y a Juan el cojo que había sido sanado, todo el pueblo, atónito, concurrió a ellos al pórtico que se llama de Salomón. 12 Viendo esto Pedro, respondió al pueblo: Varones israelitas, ¿por qué os maravilláis de esto?, ¿o por qué ponéis los ojos en nosotros, como si por nuestro poder o piedad hubiésemos hecho andar a este? 13 El Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, el Dios de nuestros padres, ha glorificado a su Hijo Jesús, a quien vosotros entregasteis y negasteis delante de Pilato, cuando este había resuelto ponerle en libertad. 14 Mas vosotros negasteis al Santo y al Justo, y pedisteis que se os diese un homicida, 15 y matasteis al Autor de la vida, a quien Dios ha resucitado de los muertos, de lo cual nosotros somos testigos. 16 Y por la fe en su nombre, a este, que vosotros veis y conocéis, le ha confirmado su nombre; y la fe que es por él ha dado a este esta completa sanidad en presencia de todos vosotros. 17 Mas ahora, hermanos, sé que por ignorancia lo habéis hecho, como también vuestros gobernantes. 18 Pero Dios ha cumplido así lo que había antes anunciado por boca de todos sus profetas, que su Cristo había de padecer. 19 Así que, arrepentíos y convertíos, para que sean borrados vuestros pecados; para que vengan de la presencia del Señor tiempos de refrigerio, 
Hechos 3:1-19

¿Qué tenía Pedro? La Fe en Jesús, no solo le dio sanidad al cojo sino también salvación. El ex cojo ahora sano, entró al templo alabando al Señor, no tuvo vergüenza. La gente que iba al templo quizás iba por costumbre, apariencias, etc. y se sorprendieron al ver al ex cojo saltando. Pedro preguntó ¿De qué se sorprenden? 
Cuando estaba Jesús las personas que recibían milagros también fueron quienes lo entregaron a la cruz. 
Pedro y Juan caminaban con el Señor, eran sus discípulos y nosotros también tenemos ese poder pero nos limitamos. Dios se mantiene firme y nosotros como discípulos del Señor, también podemos ver los milagros.
Para poder ser sanos necesitamos el arrepentimiento y así, Dios lleva nuestra mochila o cargas. Para lograrlo, necesitamos 2 cosas:
1° Buscar en oración y 2° Conocer su palabra, y así trae libertad de pecados y en todas las áreas, y luego ya no somos la misma persona tirada en un templo. 
El Cojo no era estable, no podía ni caminar  pero Dios salvó su vida. Porque también los discípulos y Dios, encontraron Fe en sus ojos.
Antes una situación difícil, Dios de milagros está pero hay que orar, buscarlo para que Dios pueda intervenir. Ayuda muchísimo recordar versículos bíblicos para los malos momentos.

“Pacientemente esperé a Jehová, Y se inclinó a mí, y oyó mi clamor. Y me hizo sacar del pozo de la desesperación, del lodo cenagoso; Puso mis pies sobre peña, y enderezó mis pasos. Puso luego en mi boca cántico nuevo, alabanza a nuestro Dios. Verán esto muchos, y temerán, Y confiarán en Jehová.” Salmos 40:1-3
Pacientemente es otro requisito para ver la mano de Dios….. ser pacientes a la obra de Dios. ¿Cuánto tiempo estuvo el cojo? Después nosotros tampoco ya no somos la misma persona. 
Sin arrepentimiento hay un bloqueo de nuestra parte para lo que Dios quiere hacer
Necesita arrepentirse y convertirse, y así, traerá refrigerio a la vida. Arrepentirse trae apertura y Dios fluye como un río en nuestras vidas con su bendición.
Palabra GC 2991 Mujeres Online by Rosana

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