El Amor de Dios

Cuanto nos ama Dios!

La palabra que recibimos hoy, nos reconforta, nos abraza para estos tiempos que son los últimos, todo lo que está escrito en la biblia, se está cumpliendo y esta palabra es para recordar que pase lo que pase Dios está con nosotros hasta el fin, como nos prometió.
"¿Qué Dios hay como tú, que perdone la maldad y pase por alto el delito del remanente de su pueblo? No siempre estarás airado, porque tu mayor placer es amar." - Miqueas 7:18
Dios es tan grande, tan alto sus pensamientos y ama tanta la humanidad, que es mayor su amor que los pecados, maldad o suciedad que pueda tener un humano. Como nosotros amamos nuestros hijos y rápido los perdonamos, El es mucho más grande hasta no se puede entender con nuestra mente su amor tan enorme, incondicional e infinito pero hay que recordar también...

"Yo soy el camino, la verdad y la vida —le contestó Jesús—. Nadie llega al Padre sino por mí." -Juan 14:6

Que nos ama pero nos dió libre albedrío, para que lo amemos genuinamente y no por obligación, y si es así, no nos dejemos confundir con la "nueva era" aunque un mismo ángel lo diga, que no hay que creer otro evangelio que no sea el que nos dejó Cristo, ya que El es el Único Camino, verdad y vida.

"Pero vayan y aprendan qué significa esto: “Lo que pido de ustedes es misericordia y no sacrificios”. Porque no he venido a llamar a justos, sino a pecadores." -Mateo 9:13

Dios desea que seamos los primeros en entender que fuimos rescatados, amados y recibimos misericordia que significa que no lo merecíamos, nadie lo merecía, recordemos eso para poder dar a otros el mismo amor que Dios nos da, incondicional con mucha misericordia.

"Así que acerquémonos confiadamente al trono de la gracia para recibir misericordia y hallar la gracia que nos ayude en el momento que más la necesitemos." -Hebreos 4:16

En esta promesa, Dios nos alienta que nos acerquemos a Él, a su Gracia y Misericordia, confiadamente osea que El sabe que pecamos desde horrores hasta pequeñeces, eso no importa, solo necesita nuestro arrepentimiento sin importar el tamaño del pecado, y recibimos el perdón que Jesús nos regaló en la Cruz, clavando en su carne nuestros pecados para nuestra salvación. No hay excusas para no recibir el amor de Dios. Además, cuan grande fue, que mandó a su único hijo (que es el mismo Dios hecho carne) para ser como uno de nosotros, y entendernos profundamente nuestro dolor, y tuvo tentaciones como cualquiera pero no cayó, solo enfocado en el amor hacia nosotros, porque si el caía, nadie se salvaría, así que se anclo en ese amor, hasta el peor sufrimiento pago el pecado con la muerte por todos nosotros y resucitó para que nosotros también podamos.

El ejemplo más grande y mayor de los versículos de la biblia del verdadero amor de Dios, está en El hijo prodigo: 

"Un hombre tenía dos hijos —continuó Jesús—. El menor de ellos le dijo a su padre: “Papá, dame lo que me toca de la herencia”. Así que el padre repartió sus bienes entre los dos. Poco después el hijo menor juntó todo lo que tenía y se fue a un país lejano; allí vivió desenfrenadamente y derrochó su herencia. Cuando ya lo había gastado todo, sobrevino una gran escasez en la región, y él comenzó a pasar necesidad. Así que fue y consiguió empleo con un ciudadano de aquel país, quien lo mandó a sus campos a cuidar cerdos. Tanta hambre tenía que hubiera querido llenarse el estómago con la comida que daban a los cerdos, pero aun así nadie le daba nada. Por fin recapacitó y se dijo: “¡Cuántos jornaleros de mi padre tienen comida de sobra, y yo aquí me muero de hambre! Tengo que volver a mi padre y decirle: Papá, he pecado contra el cielo y contra ti. Ya no merezco que se me llame tu hijo; trátame como si fuera uno de tus jornaleros”. Así que emprendió el viaje y se fue a su padre. Todavía estaba lejos cuando su padre lo vio y se compadeció de él; salió corriendo a su encuentro, lo abrazó y lo besó. El joven le dijo: “Papá, he pecado contra el cielo y contra ti. Ya no merezco que se me llame tu hijo”. Pero el padre ordenó a sus siervos: “¡Pronto! Traigan la mejor ropa para vestirlo. Pónganle también un anillo en el dedo y sandalias en los pies. 

Lucas 15:11-22

El hijo al volver, sabiendo que podía ser mal recibido con toda la razón, fue igual arrepentido pero por el contrario, su Padre lo recibió lleno de amor y misericordia, no solo no lo castigó sino que le hizo una fiesta, le devolvió la dignidad y autoridad de hijo.
Pero...

"Traigan el ternero más gordo y mátenlo para celebrar un banquete. Porque este hijo mío estaba muerto, pero ahora ha vuelto a la vida; se había perdido, pero ya lo hemos encontrado”. Así que empezaron a hacer fiesta. Mientras tanto, el hijo mayor estaba en el campo. Al volver, cuando se acercó a la casa, oyó la música del baile. Entonces llamó a uno de los siervos y le preguntó qué pasaba. “Ha llegado tu hermano —le respondió—, y tu papá ha matado el ternero más gordo porque ha recobrado a su hijo sano y salvo”. 28 Indignado, el hermano mayor se negó a entrar. Así que su padre salió a suplicarle que lo hiciera. 29 Pero él le contestó: “¡Fíjate cuántos años te he servido sin desobedecer jamás tus órdenes, y ni un cabrito me has dado para celebrar una fiesta con mis amigos! ¡Pero ahora llega ese hijo tuyo, que ha despilfarrado tu fortuna con prostitutas, y tú mandas matar en su honor el ternero más gordo!” “Hijo mío —le dijo su padre—, tú siempre estás conmigo, y todo lo que tengo es tuyo. Pero teníamos que hacer fiesta y alegrarnos, porque este hermano tuyo estaba muerto, pero ahora ha vuelto a la vida; se había perdido, pero ya lo hemos encontrado”». Lucas 11:23-32

El hijo prodigo, por haber caído conoció la misericordia del Padre, pero había otro dentro de la "casa" que no experimentó la misericordia al creer que el hacia todo bien, y le reclamo al Padre como hacia fiesta por el "pecador", si fuimos salvos, rescatados, redimidos y estamos bien gracias al amor incondicional de Dios, no nos olvidemos que fue por misericordia y no hagamos como el hijo mayor de esta historia, y recordemos que fuimos pródigos alguna vez también y demos misericordia a los demás como Dios lo hizo con nosotros.

Oramos para que esta palabra de fruto en tu corazón y tu vida.
Te esperamos para el próximo GC

Palabra por Marcela Gonzalez GC 2284 Bº Observatorio